El cerro de la vieja y el viejo (Lambayeque)
Nuestro Señor Jesucristo llegó al sitio descampado y arenoso cercano a Motupe, en donde hoy se encuentra situado el cerro llamado de La Vieja. El Señor venía cansado, sudoroso, fatigado y sediento, y habiendo divisado una lejana "choza" se encaminó hacia ella, encontrando en la puerta un matrimonio formado por dos ancianos.
Jesús le dijo a la mujer: "Dame un poco de agua para calmar mi sed", pero la vieja le repuso de mala manera: "No tengo nada que darte". Entonces el Señor le pidió al marido que le vendiera una hermosa sandía, de las que en abigarrado montón se encontraban en uno de los ángulos de la posada, pero el viejo negó tenerlas. El Señor dijo señalando las sandías: "Y esas ¿qué son?","Son piedras" dijeron al unísono ambos.
El Señor meditó brevemente, produjo su maldición, diciendo:"Pues si son piedras, en piedras se convertirán y ustedes también”. Y súbitamente el montón de sandías reconvirtió en un montón de piedras, que son las que forman el centro mismo del cerro. La vieja se tomó en la piedra más grande, que de lejos da el aspecto de una anciana y el viejo se volvió la piedra más pequeña, que muestra las características de su edad.
Y para que se pueda producir el desencantamiento, se precisa que nuevamente el Señor Jesucristo llegue a ese mismo sitio, en el mismo estado de cansancio y de sed, que se repita exactamente la escena primitiva y que los viejos ofrezcan al viajero el agua lustral de la caridad, que borre su falta.
Comentarios
Publicar un comentario