Siete vidas (y III). Los gatos salvajes sudamericanos.
Querida hija:
Cierro aquí esta trilogía dedicada a los pequeños felinos silvestres de nuestro Planeta. Menos espectaculares y conocidos que las grandes fieras como leones, tigres, jaguares o leopardos, estos gatos salvajes realizan un papel ecológico clave como mesocarnívoros controladores de poblaciones de Roedores, entre otros tipos de presas. En esta ocasión te hablaré de los gatos sudamericanos, que constituyen un nutrido grupo de especies, a cual más interesante.
Felinos sudamericanos |
Introducción. Los felinos sudamericanos
En Sudamérica o, si lo prefieres, en la Región Neotropical, existen dos especies de felinos "grandes": el jaguar (Panthera onca) y el puma (Puma concolor). Vamos a ocuparnos aquí de los "pequeños", un total de ocho especies en dos géneros: Leopardus con siete y Herpailurus con una.
Los Félidos se originaron hace entre 35 y 28 millones de años, más o menos en la frontera entre el Eoceno y el Oligoceno, siendo Proailurus el primer félido inequívocamente reconocido como tal, hace unos 25 millones de años. Dentro de los Félidos, la subfamilia Felinae (donde se encuadran los pequeños felinos) experimentó una gran radiación evolutiva en Eurasia hace entre 14 y 13 millones de años. Estos pequeños felinos se diferencian de los grandes felinos (Panterinae) en que poseen un hioides óseo, lo que les impide rugir, pero no ronronear.
Filogenia de los Félidos actuales |
Tradicionalmente los especialistas dividen a los félidos en ocho clados que son denominados "linajes". Los pequeños felinos neotropicales pertenecen a dos de ellos: el linaje del ocelote (todos los Leopardus) y el linaje del puma (el yaguarundi). Como bien sabes porque te lo he explicado en otras crónicas, Sudamérica fue una isla-continente completamente aislada de otras tierras hasta la aparición del Istmo de Panamá a finales del Plioceno, lo que supuso el comienzo del Gran Intercambio Americano. Cuando Sudamérica y Norteamérica se unen, los Félidos penetran en Sudamérica procedentes, todos ellos, de Norteamérica.
El linaje del ocelote se origina en Norteamérica hace ocho millones de años, es decir, antes de que surgiera el puente panameño. Por consiguiente es lógico suponer que fue un antepasado común de todos los Leopardus el que penetra en Sudamérica. Una vez en el subcontinente, el género Leopardus experimenta una notable radiación adaptativa, originando las siete especies actuales de este género. Este fenómeno no es nuevo en Sudamérica. Muchos grupos de inmigrantes norteamericanos experimentan tal radiación para explotar los nichos ecológicos que ofrecía el nuevo continente, insuficientemente ocupados por la fauna originaria sudamericana.
Así, los Cánidos experimentaron una radiación adaptativa similar, también los Cérvidos, y, sobre todo, los Roedores Sigmodontinos que, en mi opinión, debió desempeñar un papel muy importante en estimular la radiación adaptativa de Leopardus, pues los pequeños felinos depredan en una buena parte en pequeños mamíferos como los Roedores.
En cuanto al linaje del puma, éste es algo más reciente pues se diferencia hace 6,7 millones de años. Tanto el puma como el yaguarundi se diferenciaron como especies, a su vez, también antes de que Sudamérica y Norteamérica se unieran, por lo que parece ser que, cuando se produce el Gran Intercambio Americano, ambas especies entraron ya por separado en Sudamérica.
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